Fiesta Patronal

Fiesta Patronal del Sagrado Corazón de Jesús

La Fiesta Patronal del Sagrado Corazón de Jesús es una solemnidad que festejamos anualmente. Estos festejos están integrados por actos religiosos, se celebra una Misa en la mañana, a las 8.00 hrs, posteriormente se expone el Santísimo Sacramento durante todo el día de la fiesta para darle gracias por su infinito amor y para pedirle a Dios por nuestra familia, por nuestras necesidades, por las vocaciones sacerdotales, por los sacerdotes y por las intenciones del Papa Francisco.

A las 19.00 hrs. se concelebra una Misa, presidida por el Señor Arzobispo Don Rogelio Cabrera López y concelebrada por más de 25 sacerdotes. Además, el festejo no es exclusivo para los originarios o residentes del lugar, pues está abierto para quienes deseen acudir.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.

Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.

Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.

Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.

Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.

Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:

  1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
  2. Pondré paz en sus familias.
  3. Los consolaré en todas las aflicciones.
  4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
  5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
  6. Los pecadores hallarán misericordia.
  7. Los tibios se harán fervorosos.
  8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
  9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi corazón sea expuesta y venerada.
  10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
  11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi corazón y jamás será borrado de él.
  12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.

Sé, hoy y siempre, nuestro guía,
el jefe protector de nuestro hogar,
el rey y centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.

Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,

y participa de nuestras alegrías y angustias,

de nuestras esperanzas y dudas,

de nuestro trabajo y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor,

para que carguemos nuestra cruz de cada día

y sepamos ofrecer todos nuestros actos,

junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia

estén presentes en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,

la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen,

te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en ti.
Confianza profunda, ilimitada. Amén